Aguas Calientes – Explorando Perú – Parte 11
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En la mañana del día sábado, después de una larga caminata de cinco días en alta montaña, nos despertamos con muchas expectativas de lo que vendría, nos tocaba viajar hacia Machu Picchu pueblo.
La noche del día anterior nos había dado tiempo de ir a averiguar con la empresa IncaRail, en la Plaza de Armas, la ubicación y procedimiento a seguir para abordar el transporte hacia Aguas Calientes, o Machu Picchu pueblo (los boletos ya los habíamos comprado muy anticipadamente en línea).
Esa mañana, cuando llegamos a las oficinas de IncaRail en Cusco, observamos que habían bastantes personas esperando y haciendo fila para obtener el boleto de abordaje, al darnos los boletos nos indicaron que nos iban a llamar para abordar, pero ¡que! el ambiente se pone tenso así que es mejor levantarse y esperar a que venga el bus, hay tantas personas que se vuelve un descontrol.
Las políticas de equipaje de esta empresa indican que es permitido solo equipaje de mano, aunque nosotros llevábamos nuestras mochilas de 90 litros y mochilas normales, cada uno; aun así no dijeron nada, todo lo contrario, nos ayudaron a ubicarlas al momento de abordar el microbús.
El recorrido que realizamos de ida fue: de Cusco hacia Ollantaytambo en microbús, son alrededor de 55km de distancia, y posteriormente un tren de Ollantaytambo hacia Aguas Calientes, abarcando otros 30km.
Esta la opción de caminar desde la hidroeléctrica de Santa María hacia Aguas Calientes, pero como entenderás, nosotros estábamos ya un poco cansados y cargábamos nuestro equipaje completo (carpas, recambios de ropa de montaña, botas, sleepings, sleeping pad, entre otras cosas de montaña).
Cuando llegamos a Ollantaytambo, la verdad fue emocionante porque iba a ser mi primera experiencia en un tren y más aun hacia uno de los destinos que siempre soñé visitar.
El servicio que adquirimos de ida fue The Voyager Bimodal, costó USD 69; el de regreso también fue The Voyager, costó USD 59. Este último fue más barato porque decidimos quedarnos en Ollantaytambo.
En Machu Picchu pueblo lo primero que ves es que está rodeado de montañas muy muy grandes, totalmente fuera de lo común; para ponerte en contexto, aquel lugar se parece a los Cinco Antiguos Picos, lugar en donde entrenó Shiryu con su maestro Dohko.
Después de salir de la estación de trenes, inmediatamente entrarás a un gran mercado en donde podrás comprar un sinfín de recuerdos, obviamente el precio es más elevado de lo que cuestan en el mercado de Cusco, pero la verdad vale la pena decir que compraste ahí, haha.
Después de comprar recuerdos en el mercado de Aguas Calientes, fuimos a buscar en donde estaba nuestro hospedaje, el cual habíamos reservado con anterioridad con la aplicación Airbnb, nos costó USD 20 por persona. Después de esto, debíamos de ir a comprar los boletos de bus, algo muy importante de hacer.
En Consettur podrás comprar los boletos de los buses que van hacia Machu Picchu, puedo opinar que no es necesario comprarlos en línea, pues los buses salen cada 10 minutos hacia la ciudadela, además no es muy tardado hacer cola para comprarlos.
Lo que si hay que tener en cuenta es al momento de abordar los buses, pues la cola siempre va a ser bastante larga, sin importar si compraste tus boletos en línea o presencial.
Muy bien! ya teníamos nuestros boletos así que teníamos el sábado libre para conocer el pueblo de Aguas Calientes. En este entretiempo, descansamos un rato en el hospedaje, salimos a comer y volvimos a visitar el mercado para comprar más cosas (haha).
Para no perder el ritmo, decidimos con Alfredo empezar a caminar hacia las aguas termales de Aguas Calientes, desafortunadamente nos guiamos por Google Maps y nos llevó al camino equivocado: ¡Estuvimos caminando por alrededor de una hora en las líneas del tren! Haha, hasta después nos dimos cuenta que ese no era el camino (y cómo no! Habían muchos mochileros que iban en dirección contraria), así que tuvimos que regresar.
Para mí es una costumbre caminar, de cierta manera me sentía súper bien no estar en alta montaña, así que fue un buen ejercicio las 2 horas de caminata que realizamos en las líneas del tren.
Al regresar al pueblo entramos a un restaurante de pizza artesanal, y desde ahí encontramos a nuestros compañeros de viaje, que se empezaron a reír porque las piscinas de aguas termales estaban a tan solo dos cuadras de nuestro hospedaje. Lo bueno fue que nos invitaron a terminar de cenar en la Plaza Manco Capac, entramos a un restaurante de dos niveles con vista a la plaza.
En la siguiente publicación podrás observar las mejores fotografías de la impresionante ciudadela inca, Machu Picchu!